En
libertad, los tigres se alimentan sobre todo de ungulados de gran
tamaño, aunque, como muchos otros depredadores, los tigres son oportunistas y
no desprecian presas de pequeño tamaño, como monos, pavos reales, liebres e incluso peces. En Siberia, las principales presas del tigre son el uapití, el jabalí, el ciervo shika, el corzo y el ciervo almizclero, mientras que en
la isla de Sumatra el ciervo de Timor, el jabalí y el tapir malayo son las presas cazadas con más frecuencia por el
tigre de Sumatra. También son capaces de cazar grandes herbívoros, como gaures, búfalos acuáticos y alces
En ocasiones, pueden llegar a dar muerte a otros grandes
depredadores, como cánidos, leopardos, pitones u osos.
Incluso se conocen casos de tigres que han cazado cocodrilos adultos, aunque se trata de casos
raros, y ambos depredadores evitan encontrarse. Los tigres de Amur y
los osos pardos son una seria amenaza recíproca y
ambos tienden a evitarse. Sin embargo, las estadísticas señalan que el tigre es
el ganador más frecuente en las batallas entre ambos animales, pues los osos
cazados por los tigres suelen ser ejemplares jóvenes o hembras,
considerablemente más pequeñas que los osos machos.
Una tigresa adulta es capaz de dar muerte a un gaur adulto
por sí sola, a pesar de tener un peso menor a la sexta parte del peso total del
gaur adulto.
El sambar y el jabalí son la presa más frecuente del tigre
en la India ;
los elefantes y rinocerontes jóvenes son cazados por los tigres de
forma ocasional, la mayoría de las veces cuando son desprotegidos por sus
manadas. Incluso se conoce un caso en que un tigre cazó a una hembra adulta de rinoceronte indio. Los elefantes adultos son animales demasiado
peligrosos como para ser una presa cazada comúnmente por el tigre.
Los tigres prefieren cazar presas grandes como el sambar, el
gaur o el búfalo acuático, ya que proporcionan más carne, por lo que dura
varios días, evitando la necesidad de otra caza. En todas sus poblaciones, el
tigre es el máximo depredador y no compite con otros carnívoros, con excepción
de osos que le superen en tamaño y peso, y del perro salvaje asiático, que compensa
su carencia de fuerza con el número. Un tigre hambriento y desesperado puede
atacar a cualquier cosa que considere alimento potencial.